El aislamiento de una pared simple se define como diez veces el logaritmo del inverso del coeficiente de transmitancia. Si representamos este coeficiente en función de la frecuencia veremos que una pared no aísla igual en todo el rango de frecuencias. Se distinguen cinco zonas distintas de aislamiento de una pared simple:
Zona controlada por la rigidez: El aislamiento disminuye con la frecuencia y es a muy bajas frecuencias.
Zona controlada por la resonancia: Comienza en la frecuencia del primer modo de resonancia de la pared y acaba aproximadamente al doble de esta frecuencia. Presenta mínimos de aislamiento.
Zona controlada por la masa: En esta zona el aislamiento es proporcional a la masa superficial de la partición y aumenta con la frecuencia 6 decibelios por octava. El aislamiento aumenta 3 dB al doblar la masa superficial de la partición.
Zona controlada por el factor de pérdidas: Comienza en la frecuencia crítica de la partición, donde el aislamiento baja drásticamente. Después aumenta con una relación de 9 decibelios por octava.